Diario distorsionador de la fea realidad

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miércoles, 4 de marzo de 2015

Qué alegría cuando me dijeron "vamos a la escuela del Señor"

Como son estos progres, que ponen el grito en el cielo, para molestar a Dios, seguro, porque nuestro ministro Wert pretende devolver a Dios al lugar perdido de las escuelas. Y aunque Dios está en todas partes, a los niños de este país se les había escamoteado el crucifijo de al lado de la pizarra, junto a la foto del Generalísimo.

Nuestra fervorosa presidenta manchega en un colegio como Dios manda.

Y la nueva LOMCE incluye las buenas maneras tradicionales y católicas de incluir el rezo y a Dios en todo el proceso curricular de nuestra juventud. Por ahí se oyen barbaridades como que nos estamos convirtiendo en fundamentalistas barbados como los de las madrasas árabes. No, hombre, no. Es parte de nuestra cultura, como la paella, los toros y las juergas de madrugada.

¡Nosotros no somos fundamentalistas moros!

Y hay que incluir a Dios en las escuelas, para fomentar la devoción cristiana, que estamos perdiendo, porque, así, mientras los niños descubren a Dios, no se cuestionan lo que estamos haciendo con las riendas del Estado. Metemos la religión en las escuelas públicas, porque los pobres están desnortados y rinden culto a satanes con coleta.

Mis vástagos van a colegio de pago, de esos serios, donde se imparten enseñanzas de verdad, y es que quienes están llamados a ser los cuadros de mando están educados de manera diferente que la tropa adocenada, cuarenta niños por aula. Mejor que recen que no estén con tonterías contumaces como educación para la ciudadanía.

Volveremos a ser una gran patria con mandos ilustrados y masa obediente y devota que sabe la importancia de la jerarquía. ¡Como Dios manda!

¡A ver, niño, un Ribera del Duero y un jamón 5 jotas!

Una homilía de:


El supernumerario votante del PP