El juez que lleva el caso imputó a la infanta. Sus razones tendrá, que para eso lleva el caso, pero esto ha sido un bombazo, y un movimiento magistral de mareo de perdiz para la opinión pública, porque mientras sufren los aristócratas lucrados de maneras poco claras, uno se olvida de los deshaucios propios, la tarjeta del paro y la crisis a la que nos someten, tanto económica como educativa, sanitaria o de civilización.
Pero se sabía que el que declare la infanta era más difícil que acertar una quiniela. Los medios, todos, emitiendo despropósitos sobre la falta de idoneidad de la declaración "infantil". Ataques al juez que lleva el caso y peloteo rastrero. Sólo les ha faltado comerle la chirla al egregio personaje.
¡Que os creéis que a mí me van a tocar un pelo!
Y claro, tanto revuelo de prensa rosa mientras nos devuelven los recibos del banco sin pagar, al final, ha repercutido en que a Su Alteza Rea(l) no le tocan un pelo, Noos vayáis a enfadar. La judicatura, presionada, como es lógico y de esperar, recula y se desabrocha los pantalones. Eso sí, al resto, sin piedad con el mazo del juez.
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Chéinfe, becaria gratuita |
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