Diario distorsionador de la fea realidad

Se admiten críticas
Se admiten posts
Se admiten donativos
Se bebe a bordo
La familia no recibe

jueves, 11 de abril de 2013

Desde mi TDT: Homeland, despliegue de facherío

Pues con eso de que anoche estrenaban la tan cacareada Homeland, y nos emitían los dos primeros capítulos, me coloqué en mi butaquita dispuesto a ver qué es lo que ve Barack Obama en esta serie para declararse fan incondicional. No tardé demasiado. Al menos me dio tiempo de ver el capítulo nuevo de Modern Family, antes del carro de emisiones de temporadas pasadas. El partido Barça- París Saint Germain no era una opción viable.

Total que nos presentan a un tipo hecho un Adán, que se ha tirado ocho años dando tumbos por Asia occidental, ya que nos mencionan estancias en Damasco (Siria, la del nuevo enemigo del mundo, Bashar Al-Assad), Afganistán e Irak. Como si aquello fuera algo tan fácil de recorrer por carretera, tal y como dicen. Uno se preguntá que hacía el sargento el sargento Brody (el actor británico Damian Lewis) en esas guerras contra ese informe grupo llamado "Al Qaeda", del que sacan un jefecillo escurridizo. Muerto Bin Laden, alguien tiene que mandar. ¿Mandaba Bin Laden, por cierto?

Total que la currela, en tratamiento psiquiátrico, de la CIA Carrie Mathison (Claire Danes) desconfía de este sargento porque alguien le ha dicho que "se ha convertido" y se dedica a colocar micros y cámaras en casa del marine expatriado, cabreando a su mentor Saúl Berenson. Judío, como no. (Mandy Patinkin)

Jomelán aburre

El sargento Brody pasa por una adaptación difícil para volver con su esposa (Morena Baccarin, vista últimamente en el Mentalista) y sus hijos. Su esposa está liada con un colega de armas de Brody, que además es su superior y trabana en el pentágono. Todo queda en casa.

Total que la crisis, que llega hasta al espionaje, no da para poner cámaras en el garaje, donde el sargento ha puesto una alfombra y reza en dirección a la Meca. Es malo, porque se ha convertido al islam, como Malcom X, y como cientos de miles de americanos, la mayoría de ellos, negros. Y ya se sabe que negros y moros son peligrosos.

La serie es aburrida, previsible, prejuiciosa, y quiere levantar el patrioterismo barato de exaltación marine. Justifican que exista un ejército extranjero (el suyo) en terceros países (Asia) pero se calla que ellos practican la fabricación de prisioneros torturados en Guantánamo.

La serie apesta. Los creadores de 24 o Expediente X han perdido chispa. El único momento interesante, y totalmente despreciable hasta para ser yankee, es el cásting de rubias en top-less para un jeque árabe, con una esforzada prostituta que trabaja para la CIA, por la que sus jefes, que utilizan sin rubor, no mueven un dedo. Y es que hay permisividad si eres un moro con pasta. La tía, rubia y americana sólo folla con el jeque porque lo hace por su país. ¡Si supiera lo que piensan los hombres de la CIA de ella, que no moverían un dedo por su vida!

Nada, que al final, gracias a los petas tuve la lucidez de cambiar el canal cuando empezó la peli de la caza de Bin Laden y me pasé a punto pelota. Un poco de realidad carpetovetónica y gañanes hablando de fútbol fue la guinda final. Hasta es más divertido que la serie del marine moro.

Homeland (Jomelán) no merece perder el tiempo en la tele. Por cierto, no me extraña que esto sea un remake de una exitosa (????) serie israelí, con lo que son esos.

Un viaje naturista de:



Raulito Peta-Zetas

No hay comentarios:

Publicar un comentario