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jueves, 16 de agosto de 2012

Los británicos y la embajada soberana de Ecuador

En este mundo traidor, los que han mandado siempre se creen con patente de corso legitimada para hacer de su capa un sayo y toda una colección de prêt a porter de otoño-invierno. Así tenemos al creador de wikileaks, Julian Assange recluído en la embajada ecuatoriana de Londres y los británicos han esperado hasta que acabara la olimpiada, pero no la paraolimpiada, que empieza estos días, para decir con toda su cara de hijos de la Gran Bretaña que van a asaltar suelo soberano ecuatoriano porque les sale de los peñones.

Hooligans británicos delante del pub ecuatoriano esperando el happy hour.

Ya se sabe que los británicos, que van de civilizados, son en el fondo un hatajo de hooligans hasta las trancas de pintas de cerveza, que se han dedicado a expoliar medio mundo y a esclavizar el otro medio, y que sus bastardos, los yankees, fieles receptores de la cultura anglosajona forjada entre bucaneros, filibusteros, piratas y otros ladrones del almirantazgo, no son más que unos bravucones de taberna que se creen superiores a los demás. Así que pertenden entrar como un elefante en una cacharrería para detener en nombre de su cachonda majestad a Assange con la excusa peregrina que sea (im)pertinente, ya sea pederasta, hacker o que canta por las mañanas en la ducha sin pagar derechos de autor. ¡Se atreve a lanzar amenazas contra una embajada de un estado soberano!

Y mientras, en medio mundo, muestran tibias reprobaciones pues no se sienten con fuerzas de hacer paralelismos entre Líbano o Siria y las barbaridades que hacen unos golpistas apoyadas por Occidente, mientras mienten en los telediarios.

Y luego nos echarán una peli sobre la segunda guerra mundial y lo malísimos que eran los nazis, mientras los británicos heróicos luchaban por la libertad con arrojo y valentía...Como en Dunkerke, más o menos, donde los franceses los recuerdan con cariño, a ellos y a sus madre, por dejarlos tirados por no ser ingleses. Lo dicho, que los británicos se creen superiores y pueden atacar la embajada de Ecuador o de cualquier otro país de cholos en taparrabos, que sólo saben ser camareros que sirven pintas de cerveza.

Un reportaje de:

Gumersindo Singermorning, reportero de guerra y confilctos chungos.


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