Diario distorsionador de la fea realidad

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miércoles, 8 de mayo de 2013

De aquellos polvos...estos lodos sanitarios

Ya levantaba la libre el supernumerario votante del PP en el post anterior. Las conspiraciones son un arte y quienes las siguen, unos virtuosos, pero hay algunas que no andan tan desencaminadas, sin embargo, como nos gusta la exageración, el desparrame, el desenfreno y hablar por hablar, vamos a suponer un rato.

Por un lado están los poderosos, grandes empresarios y financieros que se reúnen en sus convenciones tipo Bilderberg para poder marcar aún más la diferencia con el resto de los mortales, y se cuentan unos a otros que, cuando llegan a sus empresas por la mañana, temprano, a eso de las doce, se encuentran los aparcamientos de sus operarios sin cualificar lleno de Audis, BMWs y algún que otro Mercedes clase A. Luego se enteran de que, en sus vacaciones, sus curritos se atreven a viajar a resorts en el Caribe, o a hacer cruceros por las islas del Egeo, y que, encima, los niños de sus empleados más antíguos tienen estudios universitarios de centros públicos.

Y se preguntan ¿Dónde hemos ido a parar? Mis empleados tienen un nivel de vida que nunca habrían soñado, aunque se lo pagan con mucho esfuerzo. ¡Esto no puede ser! Si todos vivimos bien sobre el carro ¿Quién va a tirar de él?

Por otro lado están los multimillonarios yankees hartos de que el caballo de batalla de Obama fuera el crear un sistema sanitario público y universal, como tienen en Europa. La sanidad da mucha pasta y que ese descafeinado mulato, que tenía el alma blanca, como el de la novela de Insúa, les toque "las aspirinas" les tiene muy hartos.

A eso vamos

Además anda por ahí, por si fuera poco, ese orondo personaje al que le gusta ser protagonista de sus propios documentales, Michael Moore y nos cuela Sicko, en la que nos habla de las desventajas de pagar por una sanidad pesetera que te niega hasta la quimioterapia, y las triquiñuelas que hacen algunos yankees para llegarse a Canadá a hacer ese turismo sanitario que juran los peperos que auí hacen desde los marroquíes hasta los rumanos.

Y la cosa explota. Los magnates sanitarios, confabulados en la internacional terrorista financiera, deciden que esto no puede ser y que hay que cerrarle la boca a Moore cargándose el sistema sanitario público europeo. Y la oportuna crisis, que va a dejarnos a todos en nuestro sitio: Los que mandan arriba, y el resto a tirar del carro. Se acabó el pretender seguridad social norteamericana. para ello, basta con cargarse la de los países más endebles de Europa, los del sur.



Y, además, quienes detentan el poder en estos países, que son hombres de negocios ultraliberales, aparte de allanarse el camino legal amparado por el Estado, se lucran gracias a ti y a mí. Total, ellos tienen garantizada la cobertura sanitaria en centros de 5 estrellas donde tú ni te vas a acercar mientras esperas doce horas en un pasillo lleno de enfermos en un tugurio al que no llegan subvenciones porque estamos arruinados....

¿Qué, Yoko Ono? ¡La culpa de todo, la tiene Michael Moore!

Un delirio sin antipiréticos de:
El gañán de la Dehesa, holgazaneando por encima de sus posibilidades


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